San Bernardino es un emprendimiento de cacao orgánico e infusiones en un pueblo del mismo nombre en Costa Rica. El producto es sembrado en una finca familiar, en un marco de economía a pequeña escala.
Se requería una marca que tomara en cuenta el contexto. Se inició con en naming, nombrando la marca con el característico nombre del pueblo donde está ubicada la finca.
Por otro lado, se buscaba hacer alusión a la riqueza biológica, por lo que se eligió un ave que visita mucho la zona: el tucán, que también es icónico de cara a exportar la marca o comercializar para el turismo.
Además se plasmó la riqueza vegetal de la zona con motivos florales que a su vez aluden a la carreta típica de Costa Rica.
Se recurrió a un diseño sintético que hace referencia al lenguaje de sellos prehispánicos que se relacionan con la historia del cacao. La paleta es una extracción literal de colores de la fotografía en la que hay cáscaras de cacao vacías.
La tipografía se realizó a mano para enfatizar el carácter artesanal de la marca.